Los densitómetros por absorciometría fotónica simple y dual dejaron paso a las técnicas no isotópicas, absorciometría de rayos X simple y dual, que son las que más se usan en la actualidad. La técnica más extendida es la absorciometría de doble energía de rayos X, DXA, especialmente los densitómetros que analizan cadera y columna lumbar. Es una técnica precisa, fiable, y se ha demostrado que es capaz de predecir fracturas. Sin embargo, los densitómetros periféricos, tanto los que se basan en tecnología dexa como los de ultrasonidos, también han demostrado su utilidad. La topografía cuantificada computerizada es el único densitómetro tridimensional, capaz de diferenciar entre hueso cortical y trabecular. Tiene el inconveniente de la alta radiación y el alto coste económico. Repasamos las características, así como las ventajas e inconvenientes, de cada una de estas técnicas de medida de masa ósea.
En el presente articulo se repasan las distintas técnicas densitométricas desarrolladas en los últimos años y los distintos criterios sobre las indicaciones de densitometría. No existen criterios unánimes al respecto, sin embargo distintos organismos y sociedades científicas han elaborado recomendaciones, basadas en los factores de riesgo de osteoporosis o de fractura, que pueden ser una guía útil para la práctica clínica.
Los distintos métodos densitométricos se basan en el principio de la atenuación que sufren los rayos X o los fotones de rayos gamma al atravesar los tejidos. Dicha atenuación se relaciona con el grosor y la composición de los tejidos que atraviesa, fundamentalmente del grosor del mineral óseo. Los valores de atenuación pueden ser expresados en equivalentes a grosor mineral, para a continuación compararlos con unas curvas basadas en la población normal. El resultado se expresa en desviaciones estándar respecto a estas curvas de normalidad. No obstante, el valor obtenido es una medición combinada de tejido óseo, médula ósea y otros tejidos circundantes. La verdadera medida de la masa ósea requeriría un densitómetro tridimensional que excluyera la médula ósea y los tejidos blandos que rodean el hueso. El único densitómetro volumétrico que existe en la actualidad, la tomografía computarizada cuantitativa, incluye la medula ósea en su medición.
A excepción del densitómetro por ultrasonidos, el resto de las técnicas son radiológicas. A continuación repasaremos los distintos densitómetros que han ido apareciendo en los últimos años.
Absorciometría fotónica simple (SPA)
Fue la primera técnica densitométrica que se desarrolló. Apareció en los años 60. Con esta técnica, un fotón procedente de una fuente radioactiva atraviesa el hueso periférico. El densitómetro mide la atenuación del haz de rayos X al paso por el tejido. Dado que sólo se utiliza un fotón, no se puede separar la atenuación producida por el tejido óseo de la producida por los tejidos blandos. Por ello, dicha técnica sólo se puede usar en lugares como el calcáneo o el radio, donde casi todo el tejido atravesado es óseo. Quedó en desuso al desarrollarse los densitómetros de energía de rayos X (SXA) que no requerían radioisótopos. Los SXA los explicaremos en el apartado dedicado a los densitómetros periféricos.
Absorciometría fotónica dual (DPA)
Esta técnica es semejante a la absorciometría fotónica simple, pero utiliza dos fotones distintos procedentes de un radioisótopo. En este caso, al haber atenuación de dos haces fotónicos, el densitómetro es capaz de diferenciar la atenuación del hueso de la de los tejidos blandos. Su puede por tanto utilizar tanto en hueso periférico (antebrazo) como axial (cadera y columna). Al igual que ocurrió con la SPA, fue reemplazado por la absorciometría dual de rayos X (DXA) que no precisaba una fuente isotópica.
Absorciometría dual de rayos X (DXA)
Con esta técnica, dos haces son emitidos de una fuente de rayos X en lugar de una fuente radioactiva, consiguiendo una mayor precisión que con la DPA. Al utilizar dos haces de distinta energía puede corregir la atenuación producida por los tejidos blandos, al igual que la DPA. Es el método más extendido en la actualidad, por su baja radiación, su precisión y capacidad de medir tanto el esqueleto axial como el apendicular9.
Los densitómetros DXA, habitualmente llamados DEXA, exploran la cadera, la columna lumbar, el antebrazo y en muchos casos el esqueleto total. Algunos DXA son capaces de dar imágenes laterales, que tiene la ventaja de poder medir exclusivamente el cuerpo vertebral, excluyendo los arcos posteriores y los osteofitos anteriores10,11. De esta manera, la artrosis vertebral no interfiere en la medida. No obstante, la proyección lateral tiene la desventaja de una menor reproductibilidad comparada con la anteroposterior10,12,.
Los más usuales analizan cadera y columna lumbar, dando valores por separado de la DMO en L2, L3 y L4, así como en distintas localizaciones de la cadera: cuello femoral, trocánter y región intertrocantérea. También proporciona los valores del fémur total y del triángulo de Ward. Esta última representa una zona variable, no anatómica, definida por el software de la máquina, correspondiente al área de menor DMO de la cadera.
El aparato representa los valores de masa ósea en g/cm2 (BMD), contenido mineral óseo en g (BMC), área (cm2), altura (cm) y grosor (cm) del área explorada. A continuación suministra los valores de referencia, BMD, en función de la edad, en una gráfica con tres líneas: 1) la de referencia, 2) +1 desviación estándar (DE) y 3) –1 DE. En otra tabla proporciona los valores T-score y Z-score en cada una de las localizaciones exploradas, así como los porcentajes respecto a los valores del adulto joven y respecto al grupo de edad y sexo.
Estos densitómetros tienen una alta precisión (0,5-2%)13, repetibilidad y han demostrado tener valor predictivo de fractura. Son ampliamente usados. Tienen la desventaja del alto coste y gran tamaño. Requieren espacio y necesitan personal especializado para su manejo.